Publicitaba su trabajo en radios locales y también en las redes sociales. Usando un nombre falso y un título apócrifo, Ismael Horacio Porcel “atendió” a varias personas, les prescribió tratamientos y medicamentos. Actuaba bajo el nombre de Eloy Porcel y tenía el “consultorio” en la calle Alvear al 485.
La investigación, que estuvo a cargo de la UFI N° 15 de Bolívar recibió varios testimonios y otras pruebas que permitieron, solicitar medidas al Juzgado de Garantías N° 1 de Olavarria. Como consecuencia se realizaron allanamientos simualtáneos en Bolivar y en San Miguel del Monte, los cuales dieron resultado positivo.
Al menos cuatro personas prestaron su testimonio ante la UFI 15 de esta ciudad en la causa que se instruyó respecto de Porcel. En todos los casos, el presunto médico que se hacía pasar por especialista en reumatología, artrosis y fibromialgia, les cobró entre 500 y 800 pesos, les prescribió medicamentos y tratamientos.
El sello con el que rubricaba las prescripciones decía: “Eloy Porcel. Kinesiólogo. Mat. 14071”, sin embargo en el Colegio de Médicos se constató que esa matrícula no correspondía a ningún profesional allí acreditado y en la Caja de Médicos también se confirmó que no registra afiliación en esa entidad a nombre de esa persona.
Se presume que Porcel es de nacionalidad peruana y, según se supo, no consta que tenga título de Médico que lo habilite a ejercer la profesión en Argentina, ni se encuentra matriculado en el distrito al cual pertenece la ciudad de Bolívar.
En uno de los casos cuyo testimonio fue recogido en la investigación, el paciente damnificado tuvo que ser internado en el hospital local donde debió ser intervenido quirúrgicamente a raíz de una infección que presumiblemente le habrían ocasionado las inyecciones aplicadas por Porcel.
Porcel fue encontrado responsable de ejercicio ilegal de la medicina, usurpación de títulos y estafas reiteradas, uso de documento público falso y lesiones leves, en cuatro casos y por tanto será llamado a indagatoria próximamente.
Una de terror
A una de las personas damnificadas, Ismael Porcel le prescribió la aplicación de electrodos ante un fuerte dolor e inflamación en la rodilla del paciente.
Como el dolor persistía, el “médico” ordenó nueva sesión con electrodos y también masajes, además de medicamentos. Estas prescripciones se realizaron en al menos tres visitas del paciente. En todos los casos, Porcel le cobró sumas de entre 200 y 800 pesos.
Como consecuencia de las maniobras que como supuestos tratamientos médicos fueron indicadas y aplicadas por Porcel el paciente culminó con eritema, dolor e impotencia funcional en la pierna derecha e infección, por lo que debió ser internado y sometido a intervención quirúrgica.