Como en materia de desapariciones forzadas la jurisprudencia internacional marca que las víctimas son el desaparecido y su núcleo familiar, fueron muchos más de 30 mil las víctimas de la última dictadura argentina. Más aún, todo terrorismo de estado comete crímenes contra la humanidad entera, con lo que toda cifra sería insuficiente. Lo afirma Fabián Salvioli, jurista y docente de sólida trayectoria, en esta entrevista exclusiva en la que también subraya que adoptar posturas negacionistas implica “revictimizar a las víctimas”.
¿Qué representa el 24 de Marzo hoy?
-Para el conjunto de la población argentina la fecha más nefasta de la historia del país. Creo que no hay dudas de que la instauración de un proceso que arrasó con todas las libertades individuales, se convirtió en terrorista desde el propio estado e implantó un modelo económico excluyente, además de dañar muy seriamente a la cultura, a las expresiones artísticas, a la libertad de expresión -a todos los derechos-, implica que se trata de un régimen que no merece más que el repudio generalizado, salvo de aquellas personas que se han beneficiado, pero por supuesto que son una minoría.
Se ha ido avanzando en la comprensión del período, y pasó de hablarse de dictadura a secas, a dictadura cívico-militar, y de ahí a cívico-militar y eclesiástica. ¿Falta incorporar al periodismo, pata fundamental de aquel régimen?
-Sí. Por supuesto que vas a encontrar cómplices en todos los sectores, algunos tienen más influencia por su capacidad de llegar al conjunto de personas, como las iglesias, un caso paradigmático. Y también determinados medios de prensa, es muy conocido el caso de Papel Prensa, y también el de algunas personas que encabezaron como figuras visibles del periodismo esa complicidad, como Gómez Fuentes, para mencionar un ejemplo muy evidente. Pero también ha habido muchos casos de complicidad pasiva, es decir de autocensura, de no levantar la voz, teniendo una herramienta importante como era la del periodismo. Otros espacios periodísticos fueron muy dignos, para mencionar uno la revista Humor, otro puede ser el Buenos Aires Herald. Incluso ha habido algunas notas, escasas, en medios de prensa masivos en las cuales ha firmado gente importante. Pero sí, una buena parte del periodismo ha jugado un rol clave. Ninguna dictadura se instala sin apoyo cívico, no es un grupo de marcianos que viene y se apropia del poder.
En los años de Macri presidente se retrocedió en materia de derechos humanos, y se intentó desde el estado poner en discusión asuntos que ya son pilares en la memoria colectiva argentina. Por ejemplo, se dijo que los desaparecidos no eran 30 mil sino 8 mil. En su momento rebatiste esos comentarios, al sostener que si reducimos el debate a una cuestión meramente numérica, nos encontraremos con que la cifra de víctimas es mucho mayor a 30 mil.
-Las víctimas del terrorismo de estado más los desaparecidos fueron muchas más. Es más que evidente. Pero además, incluso en materia de desaparición forzada, de acuerdo a la propia jurisprudencia internacional -no es un invento mío- las víctimas son la persona desparecida y su núcleo familiar. Con lo cual el número es mucho más amplio. Documentos desclasificados de Estados Unidos del año ’78 hablaban de 22 mil víctimas. Pero la discusión del número es más bien la vía que consiguen posiciones negacionistas para cuestionar al movimiento de derechos humanos. Es una herramienta. Esto pasa en muchos lugares del mundo, pasa con el propio nazismo. Lo importante aquí es que está efectivamente adquirido por el pueblo argentino que ha habido terrorismo de estado, que ha cometido crímenes contra la humanidad, con lo cual la víctima ha sido la humanidad entera.
“EL CRIMEN SE SIGUE COMETIENDO HASTA QUE LA PERSONA APARECE”
¿Por qué como sociedad nos pasó Macri, por qué todo ese período de retroceso en materia de derechos humanos?
-Nos pasó Macri como nos pasan todos los gobiernos democráticos, porque una elección popular lo determina. Yo no creo que la alternancia democrática sea mala, siempre me parece saludable, independientemente que no creo ni apoyo a gobiernos neoliberales, porque no puedo poner a manejar el estado a alguien que no cree en el estado. Pero que llegue un gobierno con el que yo no esté de acuerdo no debe ser extraño, es común en todas las democracias del mundo. Lo que me parece importante es que hay determinadas cosas que no deberían ser objeto de retrocesos o negaciones. Una de ellas tiene que ver con los crímenes contra la humanidad cometidos. En buena medidas porque eso revictimiza a las víctimas. Es muy importante entender esto. Cuando se asumen posiciones negacionistas, cuando se cree que estas son cosas del pasado. Que por supuesto no lo son, porque en materia de desaparición forzada el crimen se sigue cometiendo hasta que la persona aparece, o con vida o aparecen sus restos. Entonces no son crímenes del pasado sino del presente. (NdR: así como la canción asegura que ‘hay muertos que no paran de nacer’, podemos con Salvioli aseverar que en lo atinente a desapariciones forzadas, hay mártires que no cesan de ser asesinados.) Y por supuesto ya está bien asumido por la comunidad internacional que esos hechos no pueden quedar impunes.
Otra cosa perniciosa es tratar de hacer ver que cuando se busca el juicio y el castigo a los responsables se lo hace en pos de venganza. No es así, desde que el derecho es derecho. Venganza sería por mano propia, cosa que nunca ha sucedido, los familiares de las víctimas han dado un grandísimo ejemplo de civilidad, en este país y en general en todos. La justicia quese persigue es precisamente lo contrario de la venganza. Entonces a las tergiversaciones de estos postulados sí las veo como un retroceso peligroso, y me preocupa mucho cuando hay voces del estado que van en esa dirección.
Fabián Omar Salvioli es magíster en relaciones internacionales y doctor en ciencias jurídicas; dirige el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de La Plata, donde además es profesor; fue presidente del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, siendo el primer jurista argentino en alcanzar tal distinción; presidió también AmnestyArgentina, y tiene varios libros publicados. Vive en La Plata, ciudad en la que nació;el 5 del corriente cumplirá 57 años.