Desde 1997, todos los años se conmemora el Día Mundial de los Humedales el 2 de febrero. Cómo surgió la fecha y cuál es su importancia.
Como cada 2 de febrero, este martes se conmemora en todo el mundo el Día de los Humedales en función de la fecha en que se adoptó en 1971 la Convención sobre los Humedales -conocida como la Convención de Ramsar debido al nombre de la ciudad iraní donde se firmó el tratado-, acuerdo internacional que promueve su conservación y uso racional.
Esenciales para el desarrollo sostenible, los humedales son entornos de gran biodiversidad de los que dependen plantas, animales, personas y también ciudades, a las que abastecen de agua y protegen de inundaciones al absorber el exceso de precipitaciones.
En Argentina, existen 23 de estos espacios de importancia internacional que, en su totalidad, alcanzan una superficie de 5.687.651 hectáreas. Ocho de ellos están vinculados con áreas protegidas bajo jurisdicción de la Administración Nacional de Parques (APN): estos son los parques nacionales Pre-Delta, Islas de Santa Fe, Laguna Blanca, El Palmar, Río Pilcomayo, Ciervo de los Pantanos e Iberá y el Monumento Natural Laguna de los Pozuelos.
La Convención de Ramsar, que en Argentina entró en vigencia en 1992, entiende por humedales a «las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, sus zonas ribereñas o costeras adyacentes, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros y se encuentren dentro del humedal».
«Los humedales figuran entre los medios más productivos del mundo. Son cunas de diversidad biológica y fuentes de agua y productividad primaria de las que innumerables especies vegetales y animales dependen para subsistir. Dan sustento a altas concentraciones de especies de aves, mamíferos, reptiles, anfibios, peces e invertebrados», describieron Norberto Ovando y Adalberto D. Álvarez, presidente y vicepresidente de la Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN), en diálogo con INFOCIELO.
«Son también importantes depósitos de material genético vegetal. El arroz, por ejemplo, una especie común de los humedales, es el principal alimento de más de la mitad de la humanidad», agregaron. Y detallaron: «Además, poseen atributos especiales como parte del patrimonio cultural de la humanidad, están asociados a creencias religiosas y cosmológicas, constituyen una fuente de inspiración estética, sirven de refugios de vida silvestre y de base a importantes tradiciones locales».
En general, se reconocen cinco tipos de humedales principales:
Marinos (humedales costeros, inclusive lagunas costeras, costas rocosas y arrecifes de coral);
Estuarinos (incluidos deltas, marismas de marea y manglares);
Lacustres (humedales asociados con lagos);
Ribereños (humedales adyacentes a ríos y arroyos); y
Palustres (es decir, “pantanosos” – marismas, pantanos y ciénagas)
«En los primeros tramos de la cuenca media del río Reconquista en la provincia de Buenos Aires, a la altura de los municipios de Ituzaingó, Hurlingham y Bella Vista, bordeando un conjunto de áreas protegidas establecidas y otras en proyección, las riberas permiten observar en escala menor, un proceso que en ambientes ya conformados le ha llevado miles de años a la naturaleza», advirtieron los expertos de la Comisiones de Áreas Protegidas (WCPA) Educación y Comunicación (CEC). Y ampliaron: «Un ambiente que nunca termina de afirmarse y menos mantenerse, donde a simple vista se aprecia la dinámica de un río que intenta recomponer su antiguo cauce meandroso».
Además, remarcaron que tanto la flora como la fauna que actualmente puebla los ambientes bonaerenses han debido adaptarse a cambios acelerados.
«La cuestión es si estas formaciones ribereñas influyen actualmente en los desbordes e inundaciones en la cuenca del río Reconquista o si no le afectan de momento, siendo en este último caso una posibilidad a favor de conservarlos como una fuente de biomasa e información para los emprendimientos conservacionistas, proyectos de estudio, y como una posibilidad de integración de la comunidad en el cuidado de este tipo de ambientes», manifestaron.
Y resaltaron: «Un replanteo en sitios destacados del enfoque con que se suele encarar este tipo de trabajos hidráulicos de la cuenca por uno más artesanal brindaría seguramente una oportunidad a aquellas especies que intentan sobrevivir, mediante un adecuado plan de manejo llevado adelante por los municipios, vecinos, casas de estudio interesadas y organizaciones no gubernamentales que se sumen a la propuesta».
También hicieron referencia a los últimos relevamientos de avifauna, los cuales advierten de la importancia de estos hábitats de ribera para grupos de aves de interés por su estatus de conservación, que recurren a estos sitios resguardados, no sólo como puntos de paso, sino para anidar y mantener la especie.
«El reto es acercarnos al equilibrio con la naturaleza, para que ella misma nos ayude a controlar algunos de los vectores que cada tanto preocupa a las autoridades sanitarias, revalorizando ante los organismos internacionales la acción de mantener los humedales y sitios de aves migratorias en condiciones saludables, con una sociedad que es parte del medio», enfatizaron.
Y concluyeron: «Todos sabemos la importancia fundamental de los humedales para el bienestar humano, el desarrollo sostenible, la mitigación del cambio climático y la adaptación a este, por eso debemos trabajar en conjunto la Provincia, las ONG y la ciudadanía».
Fuente:infocielo