Casi 4 millones de niños, niñas y adolescentes que habitan en zonas urbanas de la Argentina atravesaban, antes del inicio de la pandemia, situaciones de inseguridad alimentaria, lo que representaba un crecimiento del 48,3 por ciento de las infancias en esa condición en un período de tan solo cuatro años, según un informe del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Según el informe, la pobreza entre los chicos de cero a 17 años creció 7,8 puntos porcentuales en 2019 y alcanzó al 59,5% de esta población, mientras que la indigencia aumentó 3,9 puntos y afectó al 14,9%.
Casi el 22% de los menores vive hacinado en la Argentina, una situación que impide el distanciamiento social que exigen las políticas sanitarias contra el coronavirus y que complica el aislamiento ordenado por la cuarentena obligatoria.
Los indicadores del espacio del hábitat de vida siguen una tendencia muy estable a lo largo del tiempo, entre 2010 y 2019, pero con algunas mejoras relevantes en el último período como en el déficit de saneamiento y contaminación medio ambiental.
Mientras que la calidad de la vivienda y propensión al hacinamiento siguen una tendencia más estancada, según el informe académico, realizado sobre la base de datos relevados antes de la pandemia de coronavirus.