Una mujer embarazada de 10 semanas sufrió una descompostura relacionada con su estado. Su esposo, Rodrigo Olivares, relató a FM Vos (94.5) y Diario San Rafael la serie de sucesos lamentables que atravesaron para recibir la atención médica correspondiente y así salvar la vida de su pareja, más allá de que perdió el embarazo.
Según recordó, el jueves 30 de abril Rodrigo estaba trabajando cuando recibió un mensaje de su hijo avisándole: “Pa, la mamá está descompuesta y a los gritos en el baño”. El hombre regresó urgentemente a casa, donde la mujer se estaba por duchar, pues poco después tenía turno para una ecografía. Llamó a su obra social, Osecac, para pedir algún número de emergencias debido a la situación, y luego al número que le dieron para pedir una ambulancia, pero a los pocos minutos recibió una llamado de esa misma empresa: “Señor, ¿qué sucede que en su domicilio está la policía?”. El hijo de Olivares le informó que el personal policial efectivamente estaba afuera, por lo que ingresaron. “La oficial me preguntó qué pasaba y le dije ‘mirá, mi esposa está embarazada y necesito trasladarla urgentemente al hospital’. A todo esto llega la ambulancia y entraron la doctora y el chofer. Yo estaba metido en el baño con mi esposa porque no podía moverla; para poder sacarla del baño, el chofer de la ambulancia sacó la puerta y así salió”, dijo, y agregó que la envolvieron con una frazada para llevarla porque era imposible vestirla. En una silla de ruedas la llevaron a la ambulancia y en ella a la Policlínica Privada, dado que es el nosocomio que recibe personas afiliadas a Osecac. “Ingresamos a la guardia por avenida Yrigoyen, tocamos timbre, golpeamos, estuvimos 10 minutos esperando y se negaron a recibirla. Ella gritaba de dolor y se retorcía”, lamentó. La excusa que le dieron –señaló– fue que “no tenían cama”. “A mí eso no me importaba, yo quería que la estabilizaran, ellos estudiaron Medicina para salvar vidas”, criticó.
Dado el caso, la ambulancia salió rumbo al hospital Schestakow, donde fue recibida y la estabilizaron con un calmante. No obstante, ya era demasiado tarde, por lo que si bien ella sobrevivió, no así el bebé en gestación.
Osecac le informó el nombre del director de la Policlínica y de la médica que se negó a trabajar. “Lamentablemente perdimos a nuestro bebé, no se puede jugar con la salud y la vida de las personas, porque no es un negocio”, expresó, y se mostró muy agradecido con el equipo médico del Schestakow, que afortunadamente pudo salvar a su esposa.
El hombre no descarta las acciones legales correspondientes.
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